Hasta el propio Ministro de Defensa Carlos Holmes Trujillo dio la instrucción de proteger el monumento a Sebastián de Belalcázar en Cali, que fue cubierto con un manto para protegerlo del vandalismo. El tema se convirtió en tendencia nacional por la discusión sobre los monumentos que inmortalizan la figura de los conquistadores españoles y que en muchos casos se convierten en referentes turísticos y puntos de encuentro. Ahora el turno es para la icónica figura del fundador de Cali, una imagen que durante 84 años ha visto pasar generaciones pero que hoy tal vez vive su momento más incierto.
Toda esta discusión ha sido animada en Colombia por una serie de protestas en Estados Unidos, donde manifestantes en contra de los abusos policiales a personas de raza negra, han derribado monumentos de personajes históricos relacionados con la esclavitud o la violación de derechos humanos. Quizás la figura más atacada ha sido la de Cristóbal Colón: monumentos alusivos al descubridor de América han caído en varias ciudades norteamericanas.
En una versión más criolla, en días pasados indígenas Misak tumbaron la estatua de Sebastián de Belalcázar en un sector turístico de Popayán conocido como El Morro. La imagen le dio la vuelta al mundo y de inmediato los ojos se centraron en la legendaria estatua del oeste de la ciudad.
La reubicación de este monumento ya había sido propuesta por el concejal Terry Hurtado, ambientalista y defensor de los animales, quien argumenta que debe resignificarse la historia, aunque no plantea derribarla sino trasladarla a un espacio donde se pueda convertir en objeto de estudio crítico de la historia, aunque por su tamaño esta idea sería poco probable.
El historiador Carlos Mario Recio explicó que la propuesta es repensar los significados del espacio público como lugar de reflexión histórica, a partir de lo que está sucediendo con los monumentos.
“Bienvenido el diálogo donde se pueda plasmar la voz de todos, donde lo que se haga entorno a los monumentos no sea producto de una sola voz sino del resultado de escuchar y reflexionar. El patrimonio no es estático, poder pensar en alternativas le da vida su significado.”
Voces a favor y en contra se han hecho sentir en las redes sociales, sin embargo la puerta de la concertación está abierta y por ahora el icónico monumento es objeto de protección por parte de las autoridades.